La Ciudad de Nono, Traslasierra, Cordoba

Desde el nombre y a lo largo de toda su extensión la ciudad de Nono, Traslasierra, Cordoba, está plagado de historia y cultura. Proveniente de la tradición aborigen, en lengua Quechua: Nono-Senos de India Joven.

Digno de ser visitado en vacaciones, la ciudad de Nono, Traslasierra, Cordoba, fue un asentamiento indígena de una perfección natural inigualable. Un auténtico balcón panorámico que permite ver la belleza del valle.

Todo, absolutamente todo lo que hay en la ciudad de Nono, Traslasierra, Cordoba, lo convierte en un pintoresco paraíso, incluidos sus balnearios, la oferta de alojamientos y su pasado indígena.

Ubicada en el circuito turístico de Traslasierra, Nono se encuentra al oeste de Córdoba, a 150 km de la capital provincial y a unos 920 metros sobre el nivel del mar. estaciones del año.

Sus características hacen de Nono un bello obsequio de la naturaleza al estar enmarcada por majestuosas sierras, extensos valles, frescos ríos y arroyos, ideales para disfrutar durante las cuatro

Desde Córdoba Capital se logra acceder a este hermoso poblado a través del camino de las Altas Cumbres. Su nombre proviene de ñuño, vocablo quechua que significa "senos de mujer". Dos hermosos cerros que se levantan altivos y elegantes a la vera del Río Chico, cuidan celosamente la pureza de sus aguas.

El clima en esta región del país tiende a ser templado, con temperaturas medias de 28ºC en verano y 12ºC en invierno. El aire que se respira donde se emplaza Nono está libre de contaminación y posee ionización negativa, con un microclima especial que provoca un estado de ánimo alegre en todos los visitantes.

Entre los atractivos turísticos más destacados del lugar sobresalen la Sierra Grande de los Comechingones y la Sierra de Achala, donde se puede realizar trekking, cabalgatas y mountain bike; además del Lago La Viña, un límpido y virgen espejo de agua que brinda la posibilidad de practicar deportes náuticos como así también la pesca deportiva del pejerrey.

Los sitios que no se deben dejar de conocer en el paso por Nono son el Museo Polifacético Rocsen, el Dique Medina Allende, el Cerro Champaquí, los balnearios Los Remansos y Paso de las Tropas, y los parajes El Huayco y Los Algarrobos. El visitante puede disfrutar de comidas regionales y repostería casera en pintorescas casas de té, producto de la esmerada dedicación de los habitantes de Nono.

 

VILLA CURA BROCHERO

Esta maravillosa localidad cordobesa es el punto de partida ideal para vivir las sensaciones más interesantes y mágicas en la zona de Traslasierra.

Encantados con el paisaje paradisíaco que combinaba perfectamente las sierras, las aguas transparentes y una enorme tranquilidad, emprendimos una vuelta por Villa Cura Brochero. En cada rinconcito pudimos observar un gran valor histórico y religioso.

La localidad fue fundada en 1864 por el presbítero Francisco Aguirre con el nombre de Villa Tránsito. Más de cincuenta años después, Ramón Cárcano (el entonces gobernador de Córdoba) rebautizó el pueblo como Villa Cura Brochero en honor a una de las personas más queridas por todos los habitantes, que entregó su vida para cuidar y ayudar a quienes más lo necesitaban.

Comenzamos nuestro paseo por la plaza Centenario, un lugar que fue construido por el padre Aguirre a principios del 1900 y que aún mantiene sus dimensiones originales. En el centro del predio, se puede ver una estatua de bronce, muy linda, que fue realizada por el artista polaco Alejandro Pereckrest en 1922 en homenaje al querido cura Brochero.

Muy cerca de la plaza, sobre la calle Moreno, visitamos la humilde casa donde habitó el cura Brochero durante sus últimos días de vida. El lugar mantiene su construcción original; de hecho, en el techo se pueden ver claramente la tirantería de madera y los típicos ladrillos que se usaban allá por el siglo XIX. La propiedad pertenecía al Sr. Aguirre, marido de la hermana del cura Brochero.

Otra alternativa interesante para visitar es el Museo Brocheriano, que se encuentra al lado de la iglesia del Tránsito. Ingresamos y nos indicaron que el lugar tenía 11 salas para recorrer, así que nos dispusimos a disfrutar con tiempo. El museo fue creado en 1957 y conserva en cada sala objetos y testimonios de la luchadora vida del cura Brochero y de antiguos habitantes de la zona.

Luego, entusiasmados por el recorrido, decidimos viajar un poquito. Muy cerca de Villa Cura Brochero, tomamos el camino hacia el Toro Muerto para conocer Takkú Yacana. Se trata de un establecimiento de ecoturismo que posee siete hectáreas de campo, un hermoso vivero con especies autóctonas, una espectacular salida al río y un zoológico de simpáticas llamas que está abierto durante todo el año.

En realidad, nosotros hicimos una visita corta pero es recomendable disfrutar el lugar durante todo un día. Conviene llegar temprano y recorrer el predio en total contacto con la naturaleza.

Pero eso sí, Villa Cura Brochero no agota sus alternativas en estos paseos. Esta maravillosa localidad cordobesa también es una de las preferidas por los amantes de la pesca.

Asimismo, es ideal para realizar cabalgatas, caminatas y ciclismo por todos los senderos de Traslasierra. Y durante el verano, los balnearios se convierten en un gran centro de atracción y se llenan de gente bien dispuesta a disfrutar de aguas claras y playas atractivas. En definitiva, Villa Cura Brochero es una alternativa excelente para conocer y visitar durante todo el año.

Emplazada a orillas del Río Panaholma, a 945 msnm en pleno Valle de Traslasierra y a 150 km de Córdoba Capital, Villa Cura Brochero es una localidad serrana enmarcada por la imponente ladera occidental de la Cumbre de Achala.

Para llegar a esta región del país desde la capital de la provincia se debe tomar el sinuoso camino de las Altas Cumbres, que presenta un excelente pavimento, y recorrer luego un total de 55 km hasta la localidad.

Sitio con historia y tradición, antiguamente se llamaba Villa El Tránsito, pero en 1916 cambió su nombre para homenajear al cura gaucho don José Gabriel Brochero, quien incursionó en la promoción humana realizando numerosas obras además de la tarea evangelizadora en la zona de Traslasierra.

Villa Cura Brochero posee características particulares, tales como aguas mesotermales o un microclima que contribuye a revitalizar y desintoxicar el organismo, lo que la transforma en el sitio ideal para disfrutar de unas merecidas vacaciones. La mayoría de los días en la villa se presentan radiantes, con una temperatura que varía entre los 17º y los 31ºC en verano y entre los 5º y los 18ºC en invierno.

El visitante puede efectuar variadas actividades por los alrededores de Cura Brochero, como turismo histórico, visitando la Plaza Centenario donde se levanta una estatua de bronce con la figura del pragmático religioso o el museo homónimo, creado para perpetuar la memoria del padre. También suelen realizarse prácticas de pesca deportiva de pejerrey en el río Los Sauces o en los balnearios Las Maravillas, La Toma o Los Cedros, y actividades de turismo de aventura como trekking, cabalgatas o excursiones en 4x4 por la Quebrada de San Lorenzo o por Los Túneles.

Cerca de Villa Cura Brochero se pueden conocer las localidades de Mina Clavero y Nono. En Villa Cura Brochero la historia y el paisaje se conjugan sorprendiendo al viajero con la continua presencia de su encanto infinito, convirtiéndolo en un lugar ideal para visitar.

 

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MINA CLAVERO

La ciudad de Mina Clavero es el destino turístico más emblemático del Valle de Traslasierra, al oeste de la provincia de Córdoba. Enclavado entre los cordones montañosos de Achala y de Pocho, a 920 msnm, cuenta con un clima favorecido por la cantidad de días radiantes y noches frescas, con bajos porcentajes de humedad.

Mina Clavero ofrece a quienes la visitan la posibilidad de realizar trekking, cabalgatas, ecoturismo, mountain bike, paseos en cuatriciclos, vuelos panorámicos en parapente, pesca embarcada en el lago, visita a sitios arqueológicos y relax en balnearios con aguas limpias y cristalinas en plena ciudad. Por la noche se puede asistir a discotecas, pubs, al casino o al bingo.

Esta tranquila y segura región presenta una zona de baja contaminación ambiental, por contar con un área saturada de ozono gracias a la composición mineral de la montaña. Cerca de Mina Clavero se pueden visitar las localidades de Villa Dolores y Merlo, o realizar el conocido circuito de Traslasierra, que invita a la práctica de actividades de turismo de aventura en un agreste paisaje que cautiva todos los sentidos.

En definitiva, Mina Clavero tiene todo lo necesario para disfrutar y vivir a pleno el impactante marco que brindan las Sierras Grandes.

Los alrededores de Mina Clavero se han abierto al turismo activo a partir de un entorno natural donde ríos y arroyos aportan sus hoyas de agua cristalina.

Las aguas del río Mina Clavero son muy frías y en la ciudad corre sobre un cauce de llanura con arenas casi doradas. Pero es distinto en su nacimiento en la sierra, desde donde baja entre rocas y saltos de agua.

Al día siguiente, ya más habituados a movernos por la ciudad, hicimos algunas compras y encaramos la ruta hacia el pueblo de San Lorenzo para conocer el nacimiento de otro río: el Panaholma. A poco de tomar la ruta, el entorno se hizo campo y seguimos los carteles que anunciaban los balnearios Panaholma, Los Algarrobos, Pozos Azules y Cascada del Toro Muerto. El río con nombre de origen quechua de difícil pronunciación y que significa “aguas taciturnas” siempre quedó a nuestra izquierda. Los carteles indicaban la distancia, aunque no eran muy exactos.

En San Lorenzo dejamos atrás las calles de asfalto para acercarnos al río a la altura del balneario Las Maravillas. Nos instalamos a la vera de ese río mientras recibíamos el comentario de un paisano: “Las aguas son tan calladas y silenciosas como la gente de trabajo con andar cansino de este hermoso pueblo”.

El río Panaholma se presenta bastante ancho, con grandes rocas en una de sus orillas y arena dorada del lado de enfrente. Un puente ayuda a cruzarlo pero también se puede atravesar a nado, ya que no es profundo ni peligroso. Existe un campamento diurno donde estacionamos, utilizamos mesa y parrilla y unos sauces de gran copa nos cobijaron bajo su sombra.

Volvimos a encontrarnos con cabañas, despensas y campings que anunciaban la cercanía de la ciudad. Confirmamos ese refrán de la zona que dice que en Mina Clavero el sol brilla casi todos los días el año, y el aire y el agua conservan su pureza.